Voy a hablaros de Euzebiusz Smolarek, más conocido como Ebi, jugador polaco perteneciente al Racing de Santander, el equipo de mis amores, y por lo tanto espero que no os importe que comience este blog con un artículo referente a un jugador de la disciplina cántabra, que este año está haciendo historia y se merece, que menos, que un reconocimiento por mi parte.
Sin duda, este polaco nacido en Lodz, pero de adopción futbolística holandesa, está siendo uno de los fichajes menos rentables del conjunto cántabro en lo que va de campaña (que ya es bastante). El rubio polaco, de frágil apariencia no está demostrando la gran calidad que posee, la cual ha quedado más que patente en sus actuaciones con la selección polaca, a la que podríamos achacar el hecho de que su participación en la Eurocopa de este verano se deba a Ebi.
Cabe resaltar que es la primera vez en la historia de Polonia, que el combinado nacional se ha clasificado para jugar la máxima competición continental.
El polaco se define por ser un jugador hábil con el balón en los pies, posee una enorme técnica, maneja a la perfección los tiempos del regate y su remate de cabeza es bastante aceptable, la mitad de sus goles así lo demuestran. Pero, ¿cuál es el problema?, ¿por qué no aflora esa supuesta calidad que muchos defendemos?, sinceramente muchas pueden ser las respuestas, pero la que más se acerca y más se comparte entre los aficionados es la siguiente: No tiene confianza en sí mismo.
Ebi es un gran jugador, no tiene nada que demostrar, pero la falta de confianza y autoestima le convierten actualmente en un jugador mediocre. Cuando salta al terreno de juego no se siente seguro de sus posibilidades, sus goles han llegado quizás cuando menos los esperaba, y no cuando los buscaba con ahínco. Si un delantero no marca su mente sufre mucho, aumentando la presión en cada partido, y provocando que éste rinda por debajo de su potencial, y en el presente caso el polaco posee mucho.
En Santander, la gente siempre está expectante cada vez que el rubio 'enclenque' salta al campo, todos saben que en cualquier momento puede dejarnos algún destello de su calidad, pero Ebi aún no se ha aclimatado, aún no está demasiado integrado en nuestro fútbol, y para más inri, su más aférrimo 'rival' en la delantera, el burundés Mohamed Tchité, goza del respaldo y la confianza de la grada y entrenador.
Esperemos que este gran jugador, insignia y emblema de todo un país, pueda llegar a demostrar en el fútbol español su gran talento y calidad. Ojala Ebi sea el polaco de Polonia en España. Ánimo y suerte Euzebiusz.